9 de Noviembre en un lugar remoto al noreste de Madagascar…
Si hoy alguien me preguntase si existe el paraiso, sin duda yo respondería que sí y que no debe andar muy lejos de aquí.. ¿Que dónde estoy yo ahora? Pues me vas a perdonar pero mi instinto de preservación del planeta me hace reacia a contestar directamente…prefiero compartir algunas cositas que voy descubriendo y que definen esta increíble tierra de fuego, sin dar nombres,para que empieces a amarla como yo lo estoy haciendo a sólo 5 días de mi llegada. Así, si un día decides venir por aquí, no dudes que indagando llegarás justo donde yo estoy ahora y lo harás con tanto deseo y cariño, que lo respetarás y cuidarás para que perdure virgen e inocente como yo lo veo hoy: Bienvenido a Madagascar.
Si Madagascar fuera un gesto, sería una sonrisa.
Si fuera un color, sería un arcoíris infinito sobre el mar, de verde esmeralda , ocre y rojo que brotan del corazón al ver el sol esconderse tras el oceano.
Si fuera una história, serían «Las aventuras de Tom Sawyer» o «Lo que el viento trajo…»
Si fuera una raza, sería única y pura: la raza del ébano: preciosa y delicada a la vez que trabajadora y fuerte. De porte colonial y elegante tanto como humilde y servicial.
Si fuera un sabor, sería fuerte e intenso como el café y suave y dulce como la vainilla.
Si fuera un hogar, sería en el que cabemos todos sin distinción.
Si yo fuera isla, sería Madagascar.
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Aquí me siento parte fusionada de la naturaleza y la naturaleza parte de todo porque todo es naturaleza. Tan viva, tan explosiva, tan grande, que me levanto y me acuesto cada día emocionada y orgullosa de formar parte de algo así, tan hermoso, tan mágico y que da todo sin pedir nada. A su vez, me avergüenzo de formar parte de aquéllo que la destruye incesante e inconsciente cada día, aún sabiendo que éllo es intrínseco al propio proceso evolutivo de La Tierra, y que élla, grande y magnífica como es, seguirá ahí,resurgiendo se sus cenizas cuando ya la raza humana se haya extinguido y evolucionado a una especie superior, consciente. Ese pensamiento me da calma.
Ayer la vida me hizo el mejor regalo al poner frente a nuestros ojos un lemur ratón. Un pequeño ser peludo y ojones que nos sostuvo la mirada encaramado al arbol que abrazaba, intrépido y tranquilo, mientras nos contaba una historia de amor infinito con sus ojos de botón incandescentes. Sentí las lágrimas brotar, por la belleza contenida en aquel momento y di grácias al universo de todo corazón.
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«Malagasy Child» (16 de noviembre del 2010)
Innato observador, inocente, firme, sin miedo, buscando el anhelado tesoro en mis ojos, que te haga seguir sonriendo aún más. Si te miro, dudas por un momento y ,tímido, apartas tus ojitos amarillentos sin darte apenas cuenta de que eres un regalo para mí.
Nos regalamos mutuamente ires y venires de miradas, sonrisas y gestos y vamos así entablando una profunda e interesante conversación en el idioma más antiguo del mundo, el único que ambos dominamos, el de la risa y el corazón…y ahí sí nos vamos contando cositas, sin apenas mover los labios, comiéndonos con los ojos y leyéndonos la piel. A mí me encanta la tuya, la mía te divierte o te asusta, no lo sabes muy bien pero, desde luego, no te deja indiferente…Diferente eres tú, con tu tímido desparpajo y mirada directa al centro de mi alma…
Lasai Soma 